En quince minutos, se avanzan y se retroceden tres siglos. En un rincón del parque Yoyogi se reúnen las chicas manga (tiras cómicas japonesas). También les llaman «lolitas», porque son jóvenes, y por su atuendo: vestidas como niñas de diez años, de colorines, medias hasta la rodilla, coletas, muchas teñidas de rubio, y zapatos de charol. Piruleta en mano, dan la espalda a los curiosos. Sólo permiten fotos de sus caras hípermaquilladas si se les pide permiso con educación. Sostienen mochilas y muñecos de peluche, a los que acurrucan. En el paseo por Shibuya-ku difícilmente alguien sobrepasa los 25 años. A los treintañeros, se les llama abuelos. Y momias a los que alcanzan la cuarentena. Las chicas participan en una extraña competición de belleza. Dos o tres llevan cintas apretadas en torno a la cabeza, para achatar sus ya chatas narices. Las «lolitas» despiertan el interés de todo el mundo. Algunas fuman. Cuchichean entre ellas, se abrazan. Se hacen las interesantes, las despreocupadas, pero en el fondo les encanta el flash de las fotos. Casi tanto como a las parejas que contraen matrimonio al pie del santuario Meiji, un poco más adelante. Les acompañan padres, abuelos y, por el aspecto, juraría que bisabuelos y tatarabuelos, todos con lujosos kimonos (los de nylon se pueden conseguir por 30 euros). La mujer, explica una acompañante, lleva un tocado enorme en tan señalada fecha «para que no se le vean los cuernos del celo». A unos pasos suena música pop. Son grupos callejeros que intentan vender sus cedés autoeditados por 1.000 yenes (algo menos de 6 euros). Lucen un aspecto más occidental que los occidentales, son casi como los Elvis que imitan a Elvis. Chocolate Chip Cookies (Galletitas de chocolate) es un trío de Tokyo. Canta una joven, hasta que dos policías hacen acto de presencia. Aunque no se entiende nada de lo que dicen, el movimiento de sus porras es universal: se acabó la fiesta. A los diez minutos, alejada la patrulla, se reanuda el espectáculo.
(posdata: perdón por el comentario de ayer: la comida no es tan cara. Sólo que a veces hay que saber dónde se come, como en cualquier parte. La bebida es incluso más barata!! Y me han asegurado que el precio de un piso 70 metros cuadrados en Tokyo ronda los 300.000 euros, ¿les suena?)
2 comentarios:
Con tiempo me leeré todos tus posteos. Mientras, te mantengo en mi lista de Blogs interesantes. M'encanta la cultura japonesa, síiiii :D Saludos!
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